miércoles, 24 de marzo de 2010


"Una noche en sueños ví que con Jesús caminaba junto a la orilla del mar bajo una luna plateada. Soñé que veía en los cielos mi vida representada en una serie de escenas que en silencio contemplaba.
Dos pares de firmes huellas en la arena iban quedando mientras con Jesús andaba, como amigos, conversando. Miraba atento esas huellas reflejadas en el cielo, pero algo extraño observé, y sentí gran desconsuelo.
Observé que algunas veces, al reparar en las huellas, en vez de ver los dos pares veía sólo un par de ellas. Y observaba también yo que aquel solo par de huellas se advertía mayormente en mis noches sin estrellas, en las horas de mi vida llenas de angustia y tristeza cuando el alma necesita más consuelo y fortaleza.

Pregunté triste a Jesús:"Señor, ¿Tú no has prometido que en mis horas de aflicción siempre andarías conmigo? Pero noto con tristeza que en medio de mis querellas, cuando más siento el sufrir, veo un sólo par de huellas. ¿Dónde están las otras dos que indican Tu compañía cuando la tormenta azota sin piedad la vida mía?
Y Jesús me contestó con ternura y compasión:"Escucha bien, hijo mío, comprendo tu confusión. Siempre te amé y te amaré, y en tus horas de dolor siempre a tu lado estaré para mostrarte Mi Amor.
Mas si ves sólo dos huellas en la arena al caminar, y no ves las otras dos que se debieran notar, es que en tu hora afligida, cuando flaquean tus pasos, no hay huellas de tus pisadas porque te llevo en Mis brazos".

lunes, 15 de marzo de 2010

NO TE RINDAS

No te rindas, aún estás a tiempo
De alcanzar y comenzar de nuevo,
Aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,
Liberar el lastre, ertomar el vuelo.
No te rindas que la vida es eso,
Continuar el viaje, perseguir tus sueños,
Destrabar el tiempo, correr los escombros,
Y destapar el cielo.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se esconda y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños.
Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo
Porque lo has querido y porque te quiero
Porque existe el vino y el amor, es cierto.
Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
Abandonar las murallas que te protegieron,
Vivir la vida y aceptar el reto,
Recuperar la risa, ensayar un canto,
Bajar la guardia y extender las manos
Desplegar las alas e intentar de nuevo,
Celebrar la vida y retomar los cielos.
No te rindas, por favor no cedas,
Aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
Aunque el sol se ponga y se calle el viento,
Aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tus sueños
Porque cada día es un comienzo nuevo,
Porque esta es la hora y el mejor momento.

Porque no estás solo, porque yo te quiero

Mario Benedetti (1920-2009)